En este tipo de transacción, la institución financiera se convierte en la propietaria legal de la vivienda durante el periodo de pago de la hipoteca.
Los riesgos ambientales y sociales asociados con el financiamiento para viviendas pueden comprender la elección de un emplazamiento inadecuado, las deficiencias en el diseño del edificio (entre ellas, su capacidad para soportar desastres) y la construcción inadecuada, así como falta de resolución de cuestiones relacionadas con la tenencia de las tierras. Algunos de estos riesgos pueden provocar daños o pérdida de propiedad o, en ciertos casos, lesiones y problemas de seguridad para los residentes.
Los riesgos ambientales y sociales que pueden provocar daños a la propiedad y problemas legales afectan a la situación financiera de los prestatarios y su capacidad para pagar el préstamo hipotecario. Esto representa un riesgo crediticio para las instituciones financieras especializadas en el financiamiento para viviendas. También existen riesgos legales y de reputación para la institución financiera derivados de la propiedad de viviendas en casos de contaminación del suelo u otras responsabilidades de carácter ambiental y social.